Una camisa sin mangas


Una camisa sin mangas,
mi chaleco sin pechera,
con el saco hecho bandera;
por el pantalón las nalgas.


Estoy viviendo un ocaso
en cada estación del año
pero a nadie le hago daño
ni mi queja le traspaso.
En verano me la paso
viendo bikinis y tangas
y aunque por doquier hay gangas
que pueden beneficiarme
yo solo puedo comprarme
una camisa sin mangas.


Mi ropa está envejecida
porque la uso sin piedad
y al no tener variedad
mi estampa ya es conocida.
De mi casaca raída
no cierra la cremallera,
pasada la primavera
en otoño me compongo
y para salir me pongo
mi chaleco sin pechera.


Rara vez entro confuso
donde el sastre, pa’ una prueba,
metido en camisa nueva
me siento igual que un intruso.
Aunque mi saco en desuso
tiene más grande una hombrera
pa’ evitar la carraspera
porque el frío es asesino
en el invierno camino
con el saco hecho bandera.


Sin embargo en la comuna
donde vivo el día a día
pese a mi gran carestía
no tengo falta ninguna.
Y para acabar diré una
de mis acciones hidalgas:
al evitar que las “galgas”
al aire libre no estén
cede la tela y se ven
por el pantalón las nalgas.


* planta Zaña (Perú)

© 2009 Luis Bárcena Giménez
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