Lejos de ti, vida mía,
mientras viva lloraré.
Tu nombre pronunciaré
hasta mi última agonía.
En tu rostro está presente
la hermosura lisonjera
mas por tu mala manera
tu amor está decadente.
Contigo he sido paciente
¡ya me hartó tu tontería!
ten por seguro que un día
con otra estaré casado
y bueno será mi estado
lejos de ti vida mía.
Es la única salida
que yo encuentro y con razón
puesto que en mi corazón
por ti se agranda la herida.
Con decisión en mi vida
un giro completo haré
y lejos de ti me iré
para vivir con decencia
pues si tengo tu presencia
mientras viva lloraré.
Y por esta causa esquivo
tu imagen de buena gana
porque al verte en la mañana
la mala suerte recibo.
Aunque para mi objetivo
tengo encendida la fe
fácil no me libraré
de tus eternas rencillas
y sé que en mis pesadillas
tu nombre pronunciaré.
Dejémonos pues de engaños
peroratas y aspavientos
puesto que en estos momentos
somos nomás dos extraños.
Ni pienses que con los años
obtendrás una amnistía,
yo mantendré mi porfía
con el afán de perderte
que la faz no quiero verte
hasta mi última agonía.
* planta Anónimo
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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