¡Maldita sea mi suerte!


- ¡Maldita sea mi suerte!,
dijo el cochino llorando,
- ¡ya se me viene acercando
el instante de la muerte!


“Quieren comer mis chuletas”
meditaba un chancho rengo
“envidiosos porque tengo
bien gorditas mis paletas”.
“En un programa de dietas
no hay chance pa’ que me inserte”
y el puerco robusto y fuerte
dijo viéndose la panza:
- la mala suerte me alcanza
¡maldita sea mi suerte!


- Antes comía parado
pero al aumentar la jama
y estando al lado mi cama
tengo que comer echado.
Quisiera estar más delgado
pa’ salir de contrabando,
no recuerdo desde cuando
a tragar como una bestia
empecé, ¡y hoy soy molestia! –
dijo el cochino llorando.


- Maldigo al que me crió
con comida en abundancia
y maldigo la ignorancia
con que al mundo vine yo.
Mi dueño el tiempo pasó
a mis espaldas tramando
y este mismo que cebando
me tuvo cual un marrano
con el cuchillo en la mano
¡ya se me viene acercando!


- Mejor dicho ¡estoy pedido!
desde mi primer almuerzo
y ora está con el disfuerzo
de que soy un mantenido.
Mirándome compungido
el manganzón se divierte
y dentro de poco inerte
estaré de rabo y patas
pues sé que es por sus bravatas
¡el instante de la muerte!


* planta de Porfirio Vásquez (Perú)

© 2009 Luis Bárcena Giménez
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