Se adueñó de la abundancia



En el mundo la ambición
se adueñó de la abundancia
y usa cruel, la intolerancia
como un arma de opresión.


Predispuesta a meter baza
de la discordia se vale
así la codicia sale
muy pagada de su traza.
Camina hacia cualquier plaza
pidiendo la rendición,
con muy buena condición
utiliza los dos brazos
y vive dando zarpazos
en el mundo la ambición.


Maldades tiene un enjambre
no le afecta el comentario
que hace poco un solidario
¡la vio llegar muerta de hambre!
Sin fijarse en la pelambre
le dio posada en su estancia
mas hecha con la sustancia
del pernicioso egoísmo
tirando al otro al abismo
se adueñó de la abundancia.


Hay quien la desenmascara
pero se encuentra impotente
pues la ambición a la gente
acaricia con su vara.
A aquél que le planta cara
lo mantiene a la distancia,
ella en toda circunstancia
y no por casualidad
habla de amabilidad
y usa cruel, la intolerancia.


Tras modales afectados
que no es igual que afectuosos
se esconden muy respetuosos
sus colmillos afilados.
A los que están conchabados
les causa buena impresión,
es distinta su versión
esto muy bien lo sabemos
porque su inquina la vemos
como un arma de opresión.


* planta de la décima “La ambición” de Diego Vicuña Villar

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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