Cuando hay un reto violento


Cuando hay un reto violento
como éste en mi trabajo
me vuelvo loco y me fajo
con los molinos de viento.


Improvisar no me cuesta
porque nací repentista
pero existe gente lista
que complica la respuesta.
Escuchada la propuesta
de la escena no me ausento,
mentalmente me impaciento
y brindándole una excusa
más me aferro de la musa
cuando hay un reto violento.


Como un caballo troyano
se utiliza la pregunta
con tal de tener difunta
la respuesta de antemano.
Cuando el verso castellano
más parece un latinajo
miro hacia arriba y no abajo
y puesto que en mí confío
presto estoy a un desafío
como éste en mi trabajo.


Este peculiar impase
tiene premeditación
y su sincera intención
me obliga a sacar mi clase.
Ante la confusa frase
que viene con desparpajo
corto el pánico de un tajo
siempre por acto reflejo
y con el reto complejo
me vuelvo loco y me fajo.


Ante retos y querellas
es cuando más me prodigo
porque en mis andanzas sigo
de la décima las huellas.
Sujetado a diez estrellas
yo tengo mi campamento
y aunque sean un tormento
difícil de soportar
sí que me atrevo a luchar
con los molinos de viento.


* planta de Emiliano Sardiñas (Cuba)

© 2009 Luis Bárcena Giménez
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