La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Cuando a casa, la estación
venía desde el confín
se escuchaba en el jardín
la primaveral canción.
Para bien la relación
una página pasaba
y a la flora que dejaba
un invierno congelante
cual apasionada amante
la primavera besaba.
Aprisa, a paso cansino
todos los enamorados
salíamos abrazados
para compartir su sino.
Hacía corto el camino
y más blanda la vereda,
como si fuera de seda
y ante el calor insumisa
agitaba con su brisa
suavemente la arboleda.
Por su hálito invisible
que al mundo trae alegría
en primavera tenía
el corazón más sensible.
Con su aroma inconfundible
el ambiente perfumaba,
nuevos bríos anunciaba
y su agradable presencia
dotaba al color de esencia
y el verde nuevo brotaba.
Ha llegado nuevamente
y con toda su frescura
revive a Madre Natura
como lo hace anualmente.
Para pena de la gente
¡por poco tiempo se queda!
mas, de lejos la alameda
que alberga troncos añosos
muestra ramajes frondosos
como una verde humareda.
* planta de Antonio Machado
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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