El viento inunda al que ama
y descifra su razón,
qué loco este corazón
que conversa con la llama.
Amar es cosa divina
del hombre y los elementos
y aunque existan descontentos
el amor no los margina.
De amor el pájaro trina
y de amor el toro brama,
como a la débil retama
el sol le brinda calor
en el campo del amor
el viento inunda al que ama.
Y cual semilla que crece
para convertirse en fruto
tiene el amor atributo
de dar lo que uno merece.
En el tiempo permanece
sin perder su inspiración,
estación tras estación
así esta cambie de nombre
acompaña siempre al hombre
y descifra su razón.
Díganme ¿quién no prefiere
estar de amor inundado?
no importe el no ser amado
si de amor nadie se muere.
Es cierto que más se quiere
cuando es más la desazón
y puesto que la razón
la pierde por altruismo
dice el hombre de sí mismo:
qué loco este corazón.
Y si él nunca va a llamar
a situaciones odiosas
él no puede con las cosas
que la vida ha de tramar.
El hombre que sabe amar
bien sabe escribir su drama
pues cuando el amor se inflama
en la hoguera de su fe
solitario se le ve
que conversa con la llama.
* planta de Luis Gómez
(Controversia Imaginaria p. 19)
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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