En el corazón tenía



En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.


Tan fresca como una rosa
y con aura virginal
no parecía mortal
por parecer una diosa.
Era esta mujer hermosa
el ser que yo más quería
pero cuando la veía
riñendo penumbra y lumbre
una cruel incertidumbre
en el corazón tenía.


Anhelando su frescor
su fantástica belleza
fui perdiendo la cabeza
y ganándome un dolor.
Enceguecido de amor
ya no tuve más visión,
inmensa fue mi ilusión
generosa fue mi calma
que se me clavó en el alma
la espina de una pasión.


¡Qué lindo es vivir amando!
el sentimiento expresaba
y el pensamiento voceaba
¡el amor te está matando!
Al corazón desangrando
por ella lo mantenía,
en rapto de valentía
y con mano mortecina
a la apasionada espina
logré arrancármela un día.


Con el temblor en las piernas
y una mortal ansiedad
he vivido en orfandad
y llorado horas eternas.
Después de luchas internas
¡recuperé la razón!
hoy vivo con desazón
por una espina arrancada
ya no siento su punzada
ya no siento el corazón.


* planta de Antonio Machado

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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