Achaques del pensamiento
divierte al engaño injusto,
y es el veneno del gusto
un desengaño violento.
El mal lo inicia la envidia
que se tiene por lo ajeno
y esta prepara el terreno
para su amiga la insidia.
La sombra de la perfidia
va ensombreciendo el contento,
la sospecha ¡en un momento!
en el alma se introduce
se enseñorea y produce
achaques del pensamiento.
El dueño baja el telón
el intruso lo levanta
y en la cama lo suplanta
en placentera función.
A su víctima, el felón
espía tras de un arbusto
y mucho más que el disgusto
que causa al ser engañado
¡el mirarlo atormentado!
divierte al engaño injusto.
Hasta que llega al oído
del burlado ¡malas nuevas!
ata cabos, junta pruebas
¡y comprueba lo temido!
Ante la infamia el sufrido
piensa con el rostro adusto:
Un crimen es lo más justo
cuando hay alguien en el medio
¡y aunque no sea! es remedio
y es el veneno del gusto.
Y por el acto nefando
el corazón del humano
¡justicia por propia mano!
con sangre está reclamando.
Mentalmente va fijando
la hora del escarmiento
y bloqueado el sentimiento
por la furia que no absuelve
el problema lo resuelve
un desengaño violento.
* planta de Luis de Ulloa y Pereira
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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