Ellos que tanto me amaron



A mi padre lo mataron,
mi madre murió de pena;
ella, tan buena, ¡tan buena!
¡ellos que tanto me amaron!


De robar no me arrepiento
porque robo a esos tiranos
que pa’ lavarse las manos
me mandan un regimiento.
Llegado el fatal momento
tal cual eran se mostraron,
los que tanto predicaron
la justicia y la bondad
¡esos mismos! por maldad
a mi padre lo mataron.


Mi madre mucho lo amaba
pero tuvo mala suerte
porque presenció su muerte
cuando más feliz estaba.
Mientras él agonizaba
se relamía una hiena,
en su mente aquella escena
se repitió muchas veces
y pasados pocos meses
mi madre murió de pena.


Entonces vio la doblez
que tienen los poderosos
y yo en sus ojos acuosos
a la muerte vi otra vez.
Arrojada a la viudez
no soportó esa condena,
con algarabía plena
junto a mi padre vivía
y a mí ¡cómo me quería!
ella, tan buena, ¡tan buena!


Los pocos recuerdos bellos
también quieren arrancarme
pues me buscan pa’ matarme
por frenar sus atropellos.
Soy enemigo de aquellos
que en la orfandad me dejaron
pues bajo tierra quedaron
como otros desconocidos
mis dos seres más queridos
¡ellos que tanto me amaron!


* planta: El canto de Luis Pardo

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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