Suerte, suerte desgraciada



Suerte, suerte desgraciada
¿para qué dichas me diste?
¿Por qué con tiempo no viste
que dichas no duran nada?


Como muchos te esperé
cifrando en ti mi esperanza
para cambiar la semblanza
conque a la vida llegué.
Con regocijo probé
de tu esencia almibarada
¡ay! suerte tan esperada
tu brevedad me acompleja
y amargo sabor me deja
suerte, suerte desgraciada.


Contigo yo fui a la feria
¡compartiste mi alegría!
y allí terminado el día
¡me dejaste en la miseria!
Tú tienes fama de seria
pero tu obrar es un chiste,
suerte que hasta mí viniste
en ti, yo empiezo a dudar,
si no iban a perdurar
¿para qué dichas me diste?


Por ti suelo ilusionarme
¡juntos somos dos personas!
pero cuando me abandonas
¡ay! solo he de consolarme.
Por tu afán de visitarme
consecuencias no mediste,
para que hoy yo no esté triste
de la dicha lisonjera
su existencia pasajera
¿por qué con tiempo no viste?


Suerte, me diste placeres
cual apasionada amante
con un idilio inconstante
¡tú para siempre no quieres!
Perdona, ya sé que no eres
¡ni chicha ni limonada!
con el alma desgarrada
pago, suerte, tus manías
¿es que acaso no sabías
que dichas no duran nada?


* planta de Jorge Isaacs

© 2007 Luis Bárcena Giménez
Share on Google Plus

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.