De la vida no me acuerdo,
de la muerte curo poco,
que si pequé como loco
yo pagaré como cuerdo.
En la vida, ¡cabezota!
a todo lo noble ajeno
teniendo para ser bueno
¡me puse la mala nota!
El polvo de la derrota
desde hace mucho que muerdo,
borrado todo el recuerdo
de mi pasado sin gloria
si está en blanco mi memoria
de la vida no me acuerdo.
Causo tan mala impresión
que opté por aislarme
a nadie puedo quejarme
ni escuchar su comprensión.
Por una gran depresión
con pequeñeces me apoco
y aunque yo no me coloco
al borde del precipicio
por no encontrarme en mi juicio
de la muerte curo poco.
Obré con mal sentimiento
que si disculpas ofrezco
el perdón yo no merezco
¡pero ni en el pensamiento!
Me viene el remordimiento
cuando en el pecho me toco
y si a la cordura invoco
la conciencia ¡ha de herirme!
quién mejor para decirme
que si pequé como loco.
Ahora sí que conozco
cómo se mira a un Judas
y sé sin lugar a dudas
cuando un semblante está hosco.
En la vida, reconozco
¡que me porté como un cerdo!
y en esto sí que concuerdo
con el otro yo, ¡mi amigo!
que al recibir el castigo
yo pagaré como cuerdo.
* planta de Diego Hurtado de Mendoza
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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